
Hola, soy Montse, y esta descripción es solo una parte de lo que soy.
Montblanc 1987. Me gradué en la Escuela Técnica Superior de Edificación de Barcelona, como Arquitecta Técnica e Ingeniera en Edificación.
Como bien dicen esos términos, todo era muy serio y sentía que me faltaba algo. Curiosa y siempre atraída por la estética, el diseño y la cultura que nos rodea, continué mis estudios adentrándome en las áreas del interiorismo y la arquitectura efímera. Aprendí mucho y me lo pasé muy bien diseñando cosas abstractas, utilizando materiales alternativos y jugando con las perspectivas y los puntos de vista de usuarios que no experimentaban una vivienda, sino que visitaban una exposición o veían la televisión desde casa.
Diseñamos junto a Violeta Bofarull todos los platós de TV para cada programa de Canal Reus TV, así como las galas y los premios de la misma televisión. Fue genial crear esos espacios vividos en la distancia, donde pudimos jugar y hacer magia.
Vivimos entre bambalinas hasta 2018. En paralelo, había fundado en 2014 mi propia empresa (con MUCHA ayuda del “Pape”) dedicada a reformas integrales, que por esos entonces requería ya mi dedicación plena. Así que la arquitectura efímera se fue apartando para que el interiorismo ocupara toda mi atención.
Así, desde 2014 hasta el día de hoy, acompaño a clientes no solo en el proceso creativo (bocetos, mood boards, asesoramiento en materiales…), sino también en la dirección de obra y documentación técnica, para que sus sueños se parezcan al máximo a la ejecución final.
10 años liderando un equipo de 9 personas y una vida a medias con muchos vuelos Barcelona-Berlín me quitaron muchas horas para hacer las cosas que me gustaban. Así que necesité un break, parar, observar y recordar dónde se escondía mi curiosidad.
En 2024 me matriculé en algo que no sabía pronunciar, pero que era la combinación perfecta entre mis dos pasiones: la psicología (o, mejor dicho, la neurociencia) y la arquitectura.
Graduarme en Neuroarquitectura fue un viaje personal y profesional donde volví a aprender y a disfrutar mucho. Una base científica que me permite humanizar los espacios, teniendo en cuenta todos nuestros sentidos. Diseñar arquitectura para ser vivida, crear espacios enriquecidos, nutrir esos espacios con otras (o todas) disciplinas, ser un arquitecto de antaño, sabiendo que el todo es más que la suma de las partes.